miércoles, 4 de enero de 2017

Escuchar conversaciones ajenas no es delito [Consejos]



      Hola mis Criaturas Literarias, yo soy JaaB y comenzando este nuevo año 2017 les traigo una propuesta indecentemente genial e interesante.


Cuando se trata de escribir siempre tenemos algunas dificultades técnicas a la hora de redactar un guion para algún personaje. La base para una buena conversación entre personajes o incluso la forma de ser y pensar del mismo anclan en la realidad (Así se trate de la cosa más bizarra y de ficción que se puedan imaginar) 


¿Entonces como resolvemos el conflicto realidad? Muy fácil, sumergiéndonos en la misma realidad de nuestro entorno. Muchos escritores y comediantes usan la técnica de escuchar a los demás, esas típicas conversaciones en un café, en el supermercado, en la cola del banco o incluso en el transporte público (Si, ese que todos odiamos pero igual usamos)

Es ahí cuando deben convertirse en un espía cotidiano, un sigiloso observador de la muchedumbre, de la gente, de sus reacciones, sus gestos y su manera de hablar. Los comediantes trabajan con la cotidianidad de la idiosincrasia que los rodea, crean chistes en base a anécdotas propias o parodias de gente que escucharon. Muchos escritores también hacen lo mismo, no para crear comedia, sino para crear ficción.


La base de una buena historia es la credibilidad, la esencia de los personajes debe ser “real” (No importa si es un vampiro espacial de Saturno, un homúnculo con doctorado en ciencias o una sensual hada madrina adicta al chocolate) todos los personajes deben tener una base realista, una historia, una forma de hablar, una manera de gestionar su personalidad e incluso una manera particular de actuar y moverse, esas pequeñas acciones determinan que tu personaje sea creíble (Por más ficticio y loco que parezca)

Esos detallitos son los que se quedan en el subconsciente del lector, cuando un personaje hable o gesticule sin siquiera ser nombrado, el lector ya sabrá de quien se trata o si otro personaje está tratando de imitarlo (Porque vamos… no queremos que todos nuestros personajes sean iguales…)


¿Entonces cuál es el plan? Cuando estén en su modo ninja, observen y escuchen las conversaciones ajenas, vean cada movimiento, que cosas hacen cuando dicen alguna frase en particular, como responden a un insulto o un halago, cada cuanto tiempo pestañean, cuantas veces se llevan las manos al rostro, la forma de mover sus manos y pies, su sentido de la orientación al caminar y lo más importante ¡Su manera expresiva! Como habla cada persona dependiendo de su personalidad.

Extraigan todas esas cosas que aprendieron y que no les de pena plasmarlo en el papel (Ya les dije, escuchar no es un delito), porque todo personaje está basado en la realidad, no tengan miedo de escuchar esas conversaciones ajenas, además de inspirarlos a crear nuevos contextos y situaciones para sus historias, agregarán el valor realista que toda buena historia debe poseer.

Espero que los haya iluminado en el sendero del ninja escritor, vayan a espiar y creen realidades ficticias.  

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